12 marzo, 2013

Inteligencia colectiva, desafío cultural

Las redes digitales son una herramienta poderosa para el desarrollo de la inteligencia colectiva Una habilidad que está en el centro del desarrollo cultural de la especie.
Cada persona aporta una cuota de talento que, combinada con la de sus pares, da por resultado un todo mayor que la mera suma de las partes.
Un texto ya clásico sobre el tema dice: “La prosperidad de las naciones, las regiones, las empresas y los individuos depende de su capacidad para navegar por el espacio del conocimiento. La potencia es en lo adelante conferida por la gestión óptima de los conocimientos, ya sean técnicos, científicos, del orden de la comunicación o que tengan que ver con la relación “ética” con el otro. Mientras mejor logren los grupos humanos constituirse en colectivos inteligentes, en sujetos cognitivos abiertos, capaces de iniciativa, de imaginación y de reacción rápidas, mejor aseguran su éxito en el medio altamente competitivo como es el nuestro.
Sin embargo no utilizamos esta herramienta en toda su potencialidad. Se ha demostrado  que el desarrollo de la inteligencia colectiva requiere de modos específicos de interacción grupal y de la diversidad misma de los grupos colaborativos. ¿Qué debiéramos hacer para mejorar nuestras prácticas digitales?
El artículo del portal Tendencias 21 brinda unas cuantas herramientas centradas básicamente en el desarrollo de la sensibilidad social a la cual definen como “la buena disposición para ser flexibles en la asignación de ocupaciones y para que los todos los miembros del equipo puedan aplicar sus habilidades a cualquier desafío presentado.
Traducido a nuestras prácticas en la red se trata de ser tan buenos lectores como productores de información. La capacidad de seleccionar y compartir contenidos y participar de debates con un sentido constructivo.

Recorriendo la Red:
Un interesante artículo publicado por la OEI: “Desde nuestro punto de vista, la discusión sobre educación multicultural surge en el momento en que ciertos aspectos de la variable cultura, en tanto variable representativa de la diversidad, se introducen en el aula y en la escuela. Cuando existe una presencia de grupos étnicos claramente diferenciados por razones del color de piel, lengua materna, valores y comportamientos religiosos, y, junto a todo ello y otros elementos más, diferencias socioeconómicas, se reconoce la necesidad de una educación «especial» para atender tales diferencias. Aparece una nueva forma de conceptualizar la discriminación que se practica a través de la escuela: la discriminación por la diferencia cultural. La vieja (?) escuela discriminatoria y reproductora de las diferencias de sexo y clase también discrimina ahora (siempre lo hizo) quienes pertenecen a grupos culturales diferentes al dominante y hegemónico en ella, y ambas discriminaciones, lógicamente, caminan juntas.”


Un país de coloresUn muy interesante blog catalán sobre gestión y patrimonio cultural. Recomendamos especialmente la nota sobre la relación de los museos con sus visitantes. El blog está escrito en catalán pero apelando al traductor de google se puede leer perfectamente en castellano. Lo conocimos gracias a un comentario que dejaron en un post anterior y la verdad es que vale la pena leerlo.


Facebook de una comunidad mapuche de Argentina dedicado a difundir – y enseñar – la historia, la cultura y el idioma de ese pueblo milenario.


Dicen los diarios:
Una interesante nota sobre la editorial de la Universidad Nacional de Villa María – Córdoba, Argentina – que destaca el trabajo de las editoriales universitarias.

La estética de las redes sociales es todavía una materia pendiente. Y quizás lo sea siempre pero vale la pena seguir estos debates.

Abriendo Archivos:




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1 comentario:

Marc Torrent dijo...

¡Acabo de leer el post! Otro gran artículo con mucha verdad y que me ha dado que pensar.
Me ha hecho mucha ilusión que me citases y es todo un honor :) Debes saber, siempre que te interese, que nos hemos mudado de blog a web http://www.unpaisdecolores.com/

Ahora también escrito en castellano.

Un sinfin de gracias, ¡hasta pronto!