21 octubre, 2009

La UNESCO y la diversidad cultural


La UNESCO ha publicado un informe titulado “Invertir en la diversidad cultural y el diálogo intercultural”. Un resumen del mismo puede bajarse en versión pdf. Son unas cuarenta páginas al que seguramente deberemos volver en más de una oportunidad. Dice, a modo de presentación:


La diversidad cultural ha comenzado a suscitar un interés fundamental al iniciarse el nuevo siglo. Sin embargo, los significados que se le asignan a esta expresión “comodín” son tan variados como cambiantes. Algunos consideran que la diversidad cultural es intrínsecamente positiva, en la medida en que se refiere a un intercambio de la riqueza inherente a cada cultura del mundo y, por ende, a los vínculos que nos unen en los procesos de diálogo e intercambio. Para otros, las diferencias culturales son la causa de que perdamos de vista lo que tenemos en común en cuanto seres humanos y, por lo tanto, constituyen la raíz de numerosos conflictos. Este segundo diagnóstico resulta hoy tanto más digno de crédito cuanto que la mundialización ha aumentado los puntos de interacción y fricción entre las culturas, originando tensiones, repliegues y reivindicaciones en relación con la identidad, en particular de índole religiosa, que se convierten en fuentes potenciales de conflicto. Por consiguiente, el desafío fundamental consistiría en proponer una perspectiva coherente de la diversidad cultural y, por su conducto, aclarar cómo, lejos de ser una amenaza, puede contribuir a las medidas que adopte la comunidad internacional. Éste es el objetivo esencial del presente informe.


Veamos algunos datos contenidos en el informe:


La mitad de las lenguas que existen actualmente (se estima que su número se cifra entre seis y ocho mil) las hablan menos de 10.000 personas y se afirma que cada dos semanas desaparece una de ellas.

Los datos recopilados por el Index Translationum muestran que el 55% de todas las traducciones de libros corresponde a obras escritas originalmente en inglés, frente a un 6,5% de obras traducidas a este idioma

En 2006, el sector de los medios de comunicación y la cultura representaba más del 7% del producto interno bruto (PIB) mundial y tenía un valor aproximado de 1,3 billones de dólares, es decir, prácticamente el doble de los ingresos provenientes del turismo internacional ese año (estimados en 680.000 millones de dólares).

En la década de 1990, en los países de la OCDE, la economía de la creación y la cultura creció a un ritmo anual dos veces superior al del sector de los servicios y cuatro veces superior al del sector industrial

La participación de África en el comercio mundial de productos creativos, por ejemplo, continúa siendo insignificante (menos del 1% de las exportaciones mundiales), a pesar de la abundancia de talentos creadores con que cuenta.

Los resultados de trabajos de investigación recientes parecen confirmar la existencia de un vínculo positivo entre la diversidad y los resultados económicos y financieros de las empresas multinacionales. De hecho, las empresas están fomentando la “inteligencia cultural”, centrándose en las ventajas que puede ofrecer la diversidad de empleados, a saber: mayor creatividad e innovación; comercialización más eficaz de productos entre distintos tipos de consumidores; ampliación del proceso de adopción de decisiones, a medida que las firmas se internacionalizan y se hallan en situaciones y contextos más variados; selección cuidadosa de los empleados y mejora de su capacitación; y creación de estructuras de buena administración que salven las distancias entre esquemas diferentes de la cultura de empresa.

La diversidad cultural es – como se sostiene en el informe – un hecho. Y además un hecho con una inmensa significación simbólica y también económica. Conocerla, comprenderla y gestionarla es, de lejos, el principal desafío para la gestión cultural de las próximas décadas.

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