29 agosto, 2008

Cultura no es una pieza ornamental que está sobre un pedestal de la sociedad

Unos días atrás comentábamos el proyecto de fideicomiso cultural en Jalisco, México. Sobre el mismo tema ha opinado el economista mexicano Ernesto Piedras en La Jornada Jalisco:

Creo que Incubarte es una forma de intentar rutas novedosas. La cultura nunca dejará de ser responsabilidad del Estado; mucha cultura tiene un alto componente de rentabilidad, pero la que no, definitivamente debe estar desarrollándose y es el Estado el único que tiene esas facultades. Lo que sí es válido es dar entrada a nuevos jugadores” (...)
“esta fase inicial no es únicamente para financiamiento, sino para el reconocimiento (de Incubarte), es decir, saber qué es la incubadora, en donde está, quiénes la integran. Es un capital semilla y son 2 millones de pesos que se multiplican a través del a Banca de Desarrollo, que puede canalizar 18 veces más que lo que el gobierno del estado invierte. Si del gobierno del estado hay 2 millones de pesos, podemos atraer de la Banca de Desarrollo federal al menos 35 millones de pesos”.
“Aquí está todavía la labor de convencimiento, de reapreciación de lo cultural, no para descartar lo que hemos sabido de la cultura, sino para complementarla con la contribución en la economía, es decir, hacer el maridaje entre cultura y ciencias sociales. Yo no diría que el empresario no ha entrado (en la inversión en cultura). Hay empresarios produciendo cine, en el turismo, que depende en lo fundamental en la cultura, y ellos lo saben. Los empresarios saben que dependen de la Cultura.
“Por eso es importante que la cultura tenga una posición en las mesas en donde se deciden proyectos turísticos, de telecomunicaciones, carreteras, electricidad, porque no es una pieza ornamental que está sobre un pedestal de la sociedad. Los mismos artistas dicen que ellos son malos para encontrar sus audiencias, para poner precio a su obra, entonces aquí puede haber una labor de articulación con las cadenas de valor, con las incubadoras


Un lector – ver su blog – nos comentaba que en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se estaba trabajando sobre un proyecto similar. La verdad es que dada la dimensión económica que han tomado las industrias culturales, también llamadas creativas, cada una de nuestras ciudades debiera tener su propio proyecto de incubación de emprendimientos culturales. Y que estén puestos a un costado de las disputas electorales para que puedan mirar al largo plazo a través de compromisos multipartidarios.

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