23 julio, 2008

El precio del ocio y la cultura

Una nota de europapress da cuenta de una investigación firmada por el profesor Gildo Seisdedos para el Instituto de Empresa (IE) Universidad. En la misma se comparan los costos que las personas deben pagar para acceder a espectáculos culturales:

"el informe se ha elaborado sobre la principal variable que condiciona la accesibilidad a la cultura: el precio y su relación con el nivel de renta relativo de cada uno de los 20 países seleccionados por su especial posicionamiento como capitales culturales en los cuatro continentes: Ámsterdam, Berlín, Bruselas, Buenos Aires, Dublín, Hong Kong, Lisboa, Londres, Madrid, México, Milán, Montreal, Nueva York, Pekín, Praga, Sao Paulo, Sidney, Tokio y Viena".

Interesante que nuestra Buenos Aires aparezca entre las capitales culturales del mundo; un patrimonio cultural que los argentinos debiéramos pensar como nuestra puerta al mundo. Aún cuando algunos números nos estén dando mal:

Seisdedos apuntó que asistir al ballet o a la ópera en Nueva York es más barato que en otras grandes ciudades, "Los neoyorquinos pagan de media 43 euros por entrada. Sin embargo los habitantes de Buenos Aires con una renta casi 1.200 euros inferior a la neoyorquina, pagan de media 10 euros más por entrada"

Pero además el autor del informe agrega una serie de consideraciones sobre las relaciones entre cultura, economía y urbanismo que vale la pena pensar:

"Europa destaca por favorecer el acceso a la cultura, tanto por su bajo precio relativo como por la riqueza de su oferta": 11 de las 20 capitales de la cultura están en Europa, cinco en América, y una, en Oceanía. "La cultura sigue siendo un valor y un referente europeo (...) "las ciudades deben encontrar un equilibrio entre el respeto a la libertad de expresión, el multiculturalismo y el mantenimiento de las señas de identidad de la ciudad"; en segundo lugar, que "la cultura ha de ser accesible a todos, ha de tener carácter público y debe de ser financiada públicamente"; y en tercer lugar, que no se ha de perder de vista "la importancia de la cultura como sector económico".

Otro portal español, soitu.es, destaca la mirada más estratégica del informe y su autor:

"Antes lo que contaba para establecer la posición de una ciudad a escala global era el hardware urbano, o sea, si una ciudad tenía un palacio de congresos, aeropuerto o una pista de hielo (...) Ahora lo que cuenta cada vez más es el software, es decir, la calidad de vida, la oferta de hostelería, los aspectos culturales". (...) El estudio subraya que está emergiendo una nueva gestión urbana que no pone el énfasis en la construcción de edificios e infraestructuras sino en las telecomunicaciones, los servicios medioambientales o el acceso a la sociedad de la información. En este nuevo entorno, es clave el fomento del arte, el ocio y la cultura, ya que determinan, según Seisdedos, la capacidad de un centro urbano para atraer a la clase creativa, desde diseñadores a músicos o emprendedores, uno de los ingredientes esenciales para que una ciudad alcance un grado superior de desarrollo”.

La gestión cultural de nuestros países necesita tomar nota de estos debates y repensar el propio posicionamiento frente a la economía y el urbanismo. Y promover, a partir de ellos, una reformulación de nuestra práctica profesional así como frente al desafío de construir las ciudades de las próximas décadas.

Se trata de un debate que desde este blog venimos siguiendo en varias de sus múltiples aristas. Por tanto agregamos un listado de las notas que nos parecen más vinculadas para ampliar el panorama.

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