22 enero, 2008

Gestión cultural bonaerense con acento en las regiones

En una entrevista publicada por el diario La Capital de Mar del Plata el presidente del Instituto Cultural Bonaerense, Lic. Juan Carlos D´Amico, empezó a delinear la política cultural de la mayor provincia argentina.

Si hoy la cultura no está en el tema de lo social, pierde importancia porque no da respuesta a la comunidad. La política cultural tiene que ser integradora, y por eso es muy importante que cada municipio nos cuente sus problemas. La cultura es algo que se incorpora a lo largo de la vida, pero para eso la tenés que formar. Hay una frase de Monroe, que era un estratega de la cultura francesa, que decía que “cultura es lo queda después de que nos olvidamos de todo lo aprendido”.

"En el territorio bonaerense tenemos 500 mil jóvenes de entre 18 y 25 años que no saben cuál es su lugar en el mundo. ¿Por qué beben? ¿Por qué se drogan? ¿Por qué hay robos? Porque hay gente que fomenta el robo. Es todo un tema cultural que debe ser atacado desde la seguridad. Desde la salud hay que dar respuestas inmediatas. Y desde lo cultural se deben dar respuestas inmediatas pero pensando en el futuro.

D´Amico hizo hincapié en la relación con los municipios. Entre las distintas iniciativas una parece muy interesante:

Un ejemplo es lo que ocurre con el Teatro de la Comedia, que tiene a través de Lito Cruz un área llamada “Esto ocurrió aquí”, la cual representa hechos ocurridos en cada municipio. El objetivo es que el guión lo haga un dramaturgo del lugar, y la dirección y los actores sean locales.

Refiriéndose a las características culturales de la Provincia de Buenos Aires sostuvo el funcionario:

La gran ventaja que tiene la provincia de Buenos Aires es que los 595 pueblos están divididos en 134 municipios, que están agrupados en 12 regiones culturales. Entonces no es lo mismo tener que ir a cada uno, que utilizar la región cultural. Esto significa que vamos a integrar a todos y a hacerles ver el concepto de región cultural, que nos cuesta mucho integrar porque los argentinos somos muy individualistas. Queremos que en cada región cultural haya un referente y nosotros nos vamos a encargar de que esos 12 referentes vayan por toda la Provincia.

Un planteo interesante sobre el que cabría hacer algunas consideraciones; once de las doce regiones corresponden al interior de la provincia y su capital, la ciudad de La Plata. Esas once regiones concentran, aproximadamente, unas cinco millones de personas agrupados en cien municipios de extensiones muy diversas. Cada región de ese vasto territorio tiene sus particularidades culturales y, por tanto, sus semejanzas e individualidades que no necesariamente son “individualismos”.
La región restante – el conurbano – merecería, nos parece, un tratamiento distinto. Por lo pronto agrupa a diez millones de hombres y mujeres – prácticamente el doble que las once restantes.
Además está organizado en solo treinta municipios, varios de los cuales tienen una población mayor que varias provincias argentinas. Por citar el ejemplo más notorio la Municipalidad de La Matanza tiene casi millón y medio de habitantes.
Desde este punto de visto aparece como una región claramente desproporcionada respecto de las otras. Quizás haya llegado el momento de preguntarse si este ordenamiento favorece o no una gestión cultural cercana a los habitantes del conurbano.
Y cuando decimos cercana nos referimos no solo al accionar desde el estado hacia la comunidad sino, y fundamentalmente, desde las reales posibilidades de participación de esos diez millones de personas.
A nuestro juicio el conurbano debiera subdividirse en, por lo menos, cuatro regiones más pequeñas y agrupadas en torno a los diferentes corredores de transporte.
El “concepto de región cultural” tendría, de ese modo, un sentido más participativo.

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